Sin miedo a vivir.
Nadie nace solo en este mundo pero a medida que nos hacemos adultos a pesar de estar rodeados de personas muchas veces nos sentimos solos.
Con frecuencia nos sentimos débiles, frágiles, vulnerables, a pesar de tener mucha más fortaleza dentro de nosotros de la que nos permitimos reconocer.
Nos quedamos anclados a un suceso doloroso lamiéndonos las heridas, en vez de mirarnos esas cicatrices como aprendizajes de vida.
Nos han educado para luchar por aquello que queremos conseguir pero no a querernos a nosotros mismos.
Nos han aleccionado para agradar a los demás, para formar parte de un grupo, para seguir la tendencia marcada por esta sociedad y no cuestionarnos nada, en cambio, no nos han enseñado a escucharnos a nosotros mismos, a sentirnos cómodos en el silencio, a honrar nuestra esencia y seguir nuestro instinto.
Nos da miedo mirarnos al espejo y no reconocernos.
Nos da miedo dar y no recibir a cambio.
Abrir nuestro corazón y que nos lo devuelvan resquebrajado.
Atrevernos a ser quien somos y no ser aceptados.
Tememos arriesgar y perder.
Intentar y fracasar.
Dejamos de hacer por el miedo a qué dirán.
Dejamos de agradecer lo que tenemos para pensar en lo que nos falta.
Dejamos de sentir gratitud por las cosas sencillas de la vida y nos complicamos nosotros solos nuestra existencia, pensando todo lo que puede venir pero que aun no ha llegado, todo lo que puede pasar pero que aun no ha sucedido.
Y con todas esas capas de miedos e inseguridades que vamos añadiendo a nuestra vida, llega un punto en qué ni siquiera sabemos de verdad lo que queremos ni quienes somos.
Y mientras tanto la vida sigue....
Los días pasan .....
y la partida avanza sin saber lo cerca o lejos que estará el final de nuestras posibilidades.
Y un Lunes cualquiera, puede ser que cuando ya estés demasiado harto de estar harto, decidas de una vez coger las riendas de tu vida y empieces a dirigirla hacia donde de verdad tu quieres.
Y casi sin darte cuenta , poco a poco todo vuelva a cobrar sentido, y te des cuenta que el cambio es que le has perdido el miedo a vivir de verdad tu propia vida.
